lunes, abril 23, 2012

Navegación Lafquenche en 1853 (o ayudamemorias costero)


[Imagen: Queule, archivo personal, 2005]
Navegación Lafquenche en 1853 (o ayudamemorias costero)
23 de abril de 2012
Como hace un tiempo leí en el Diario Financiero a un periodista, que cree en las bondades del Mercado pero no en la navegación y profunda relación con el mar de los Pueblos Originarios en Chile: http://www.df.cl/ley-que-frena-desarrollos-en-el-borde-costero-complica-inversion-en-nuevos-proyectos/prontus_df/2012-04-05/231249.html y como el periódico regional de mayor circulación en Valdivia también inició una campaña del terror: http://www.australdelosrios.cl/prontus4_nots/site/artic/20100516/pags/20100516000604.html; me propuse buscar algo que pudiera disipar dudas y servir de ayudamemorias para crédulos e incrédulos.
Entonces, me acordé de las memorias de los capuchinos que recorrieron La Araucanía antes de que Temuco fuera fundado, inclusive, y cuando Imperial Bajo -ahora conocido como Puerto Saavedra- denominado por los mapuches costeros o lafquenches como "Konün Traytrayko Leufu" (la junta de los ríos) era apenas una misión en vez de un puerto o el destino turístico actual.
Para no abundar en detalles, dejo directamente con ustedes, el relato de los misioneros:
"Adeodato de Bolonia que estaba en S. José recibió orden de trasladarse a Imperial para continuar la escuela del P. Tadeo. La historia de su viaje no carece de interés, especialmente porque está escrita por mismo misionero. "Partimos de S. José en la mañana del primero de mayo de 1853, y en el mismo día pasamos dos cerros cubiertos de espesa selva, uno llamado Lingue y el otro Queule; caminando por senderos, por donde andarían con dificultad las mismas cabras. Luego de haber cruzado el río Lingue en un tronco de árbol ahuecado; orillamos la selva hasta el río Piren, que era tan barroso que los caballos, no obstante ser buenos y fuertes, pudieron vadearlo con gran dificultad. Cuando entramos en la pequeña tribu de Queule, aquella gente quedó muy sorprendida al verme llegar acompañado de cuatro Capitanes y por ser desconfiados y sospechosos, mostraron tener mucho miedo. Pero luego de haberles explicado el motivo de nuestro viaje según las formalidades de uso entre ellos, se calmaron y el Cacique quiso alojarnos en su propia ruca. A la mañana siguiente hechos los acomstumbrados obsequios a nuestro anfitrión reiniciamos el viaje; pasamos el río Queule, en conocido tronco de árbol y nos dirigimos hacia la playa del mar, que en aquel lugar forma un gran semicírculo en cuya extremidad se jorgue el monte Mihue [sic]. Lo escalamos por un sendero extremadamente barroso, y llegamos a la cumbre divisamos a sus pies un enorme conjunto rocoso, contra el cual se estrellaban y deshacían las olas, y encima de las rocas una gran manada de lobos marinos que con sus fuertes gritos hacían un espantoso acorde con el fragor de las olas. La cuesta de bajada era tan empinada que nadie tuvo el coraje de bajarla montado, y tuvimos que hacerla a pie y con gran dificultad. Luego proseguimos hasta el río Toltén y orillandolo llegamos a la ruca del Cacique Huincafil; quién, aunque infiel, fue cortés en brindarnos alojamiento (...) Al amanecer del día siguiente cruzamos el río Toltén con el conocido bote salvaje; y luego de haber caminado la selva virgen, llegamos a la Misión de Imperial a eso de las tres de la tarde, con gran alegría del P. Constancio de Trisobbio, quién ya desde hacía tres meses se encontraba solo en aquel lugar salvaje". Fuente: L'Araucania. Memorie Inedite Delle Missioni Dei FF. MM. Cappuccini Nel Chili, Roma, 1890. / Misión entre los araucanos (1848-1890), traducción del original italiano al castellano por el Rvdo. Padre Ambrosio Ferroni Capuchino, Villarrica, Chile, enero de 1984, páginas 55 y 56.
Baste la cita para ilustrar al lector la relación cercana de los mapuche-lafkenche con el mar. Toponimia que hoy perdura y aparece mencionada hace más de 150 años: San José de la Mariquina, el río Lingue en Mehuín, la Bahía de Queule y el ancho río Toltén sin olvidar Imperial: la desembocadura del Cautín cuando ya se ha fusionado con otros cursos de agua. Estos ríos, que conforman estuarios al desembocar -es decir, que tienen influencia marina- agua salada y recursos específicos, están afectos a las mareas y son parte del patrimonio costero de Los Ríos y Araucanía. Estos nombres nos están recordando que los Pueblos Originarios exploraron y poblaron dichas zonas y que decir Mapuche gente de la tierra es un reduccionismo. Por eso a no olvidar y repetir: Laf-ken-che (mapuches costeros). Por algo hay una Ley del Borde Costero (20.249) más conocida como la "Ley Lafquenche": http://www.subpesca.cl/controls/neochannels/neo_ch803/appinstances/media798/LEY_20249_ESPACIOS_COSTEROS_PUEBLOS_ORIGINARIOS.pdf y una Defensa del Mar, diciendo: ¡No al ducto de CELCO! También: http://www.mapuexpress.net/?act=news&id=8496
Para cualquier otra duda, es cosa de buscar un poco. Por ejemplo: "la prohibición de navegación en canoas y la destrucción sistemática de las embarcaciones indígenas fue impuesta en 1904 por la primera compañía maderera que estableció un circuito de navegación a vapor entre Panguipulli y Choshuenco (Díaz Meza 1907). Eventos similares de destrucción masiva de canoas indígenas se habrían registrado en el lago Ranco en la década de 1930 al ponerse en servicio sistemas de navegación de vapores (Bengoa 2003: 75)", nos recuerdan los investigadores Carabias, Lira y Adán en este artículo: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-22442010000100006&script=sci_arttext. No es muy difícil tampoco, hallar testimonios acerca de cómo La Armada de Chile disparó a los pescadores de Mehuín hace apenas un par de años, asunto que puede verse en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=tEfhphelfEM Estas son las "otras acciones", las que nuestros financieros amigos parecen desconocer a ratos, a propósito de bolsas, bolsillos e intereses creados. ¡Que no nos vengan a decir que acá no hubo navegación y relación con el mar antes de Colón!
Fernando Ulloa Valenzuela
Magíster (c) en Historia
Universidad de Chile

martes, abril 10, 2012

Antropología de cuneta en el Diario Financiero






Antropología de cuneta en el Diario Financiero

10 de abril de 2012

Ayer leí uno de los peores artículos de prensa, de mi vida. Y quiero compartir la experiencia con ustedes, para que vean lo nociva que puede resultar la ignorancia de periodistas, abogados e inversionistas, cuando actúan todos en cadena. El articulito es éste: http://www.df.cl/ley-que-frena-desarrollos-en-el-borde-costero-complica-inversion-en-nuevos-proyectos/prontus_df/2012-04-05/231249.html y por si lo bajan o corrigen, lo copio íntegro, al final de esta reflexión.

Calibren la frase: “en Chile nunca tuvimos pueblos indígenas navegantes. Los únicos eran los Ona, y ellos navegaban en canales”.

¡Qué dirían Anne Chapman o el padre Gusinde! De qué sirve que el Museo Regional de La Araucanía o el Museo Mapuche de Cañete conserven los "wampo" o canoas monóxilas (hechas de un tronco) por mapuches y huilliches en los ambientes lacustres tanto de la zona precordillerana como del lago salado Budi a apenas 100 km de Temuco. Lago de desagua en el mar. Parecieran desconocer que el río Toltén, hasta fines del siglo XIX se cruzaba en canoas, como testimonió el ingeniero belga Gustave Verniory en su texto: 10 años en Araucanía. Fue él quien construyó un puente. Y nos lo recuerda en un libro reeditado por la Biblioteca Nacional en innumerables ocasiones. Lo dicen también los misioneros franciscanos y otro librito sobre los anglicanos que menciona al cacique Ambrosio Paillalef, el señor de la zona, esperando un cruce.

Nada declara el “abogado desconocido” de los alacalufes. Menos hablará de káweskar, de los yaganes o yámana, de los chonos, de la tradición de los cuncos en Chiloé. De un plumazo borró la existencia de la Isla Mocha, desde donde fueron erradicados con violencia más de 500 habitantes hasta la zona de Penco (el antiguo Concepción) para evitar que auxiliaran a piratas y navegantes contrarios a los hispanos que ocuparon el territorio sureño. ¿Sabrán dónde queda la Mocha nuestros expertos en negocios? Frente a Tirúa, en el límite de las regiones del Biobío y Araucanía. ¿Sabrán que el Tsunami del 2012 afectó la zona y que hasta se trabajaba metales en tiempos prehispánicos por allá? ¿Sabrán que hacia esa isla eran conducidos los mapuches costeros; es decir: los lakquenche (los mismos de la Ley 20.249) una vez que morían? ¡Por un balsero! Ni hablar de la llegada a Rapa Nui desde otras islas o del cruce del Canal de Chacao.

Desconocen, evidentemente el relato de Zempilkawe, que habla del balsero y las cuatro ballenas ancianas que transportan hasta el otro mundo los cuerpos de los muertos. ¡Nada! Podrían decir sin arrugarse que “El Caleuche” no es una leyenda sino un nombre sin sentido o atacameño, nuestros amantes de las cifras de casinos y La Bolsa. De lectura recreativa les recomiendo: “Abuelito Huenteao” un bonito relato de San Juan de la Costa. Por último vayan a Valpo y pregunten por los changos, los de las balsas de cuero inflado.

El señor Bermeo, periodista que firma el articulito, atribuye la afirmación que cité en un comienzo, a un abogado; al cual curiosamente no menciona. ¿Qué pasa con el uso de las fuentes? “Introducción al Periodismo”, bastaba.

Luego, aludiendo al Convenio 169 de la OIT, anota “Convenio 160”. ¿Sabrá de qué año es? ¿Sabrá que ha sido traducido al quechua y al mapudungun por nombrar algunas lenguas? Me extraña: periodista financiero con problemas para los números...

Y eso no es todo. Este profesional que en la red Linkedin dice haber trabajado en La Tercera, además del Diario Financiero y haber recibido una beca para llegar a EFE en Berlín, cree que los onas (cazadores-recolectores) eran navegantes por excelencia, tal como le señaló el “abogado sin nombre”. ¡Por favor, corroboremos la información!

Leo que el autor del artículo estudió en la Universidad de Las Américas. Me limitaré a decir: ¡Educación de calidad! O unas buenas vacaciones para que el hombre se entere de que el Fuerte Niebla está en Los Ríos y que no hay allí, en esa región relativamente nueva, un “Fuerte Ñuble”.

No es de extrañarse que estas cosas pasen en Chile. El domingo en la noche, Cristián Bofill, el director de La Tercera (que no es periodista), le señaló a Pedro Cayuqueo, columnista del The Clinic, El Post, director de los periódicos Azkintuwe y MapucheTimes: “no te había leído”.

Con estos “grandes ilustrados”, es obvio que haya proyectos tan malos como el de Celulosa Arauco mencionado en el artículo del señor Bermeo. Proyecto del Grupo Angelini que desde 1996 pretende descargar directamente al mar los desechos industriales líquidos que acabaron con los cisnes del Santuario del Río Cruces. ¡Pero con un tratamiento menos que el actual!

Si nuestros periodistas, inversionistas y abogados hubiesen leído alguna vez http://www.noalducto.com sabrían de lo que hablo y habrían aprendido un poquito-harto más de Antropología e Historia. Pero se contentan con creerle al Mercurio o La Tercera y a señores como Sergio Villalobos, para quien los pueblos originarios no son navegantes porque no existen y se extinguieron (en su cabeza).

Estamos mal, Chile pluriétnico. ¿Qué irán a decir en el Censo? No quiero ni pensar. Con estos inversionistas y sus abogados, para qué queremos periodistas (y menos historiadores).

Me dirán que un error lo comete cualquiera pero lean el artículo y verán que parece mala intención. Y por dejar pasar cosas como esas, estamos como estamos. Las fotos del Fuerte Niebla y del mapa con ubicaciones costeras con nombre mapuche entre el Biobío y Los Lagos, van de regalo.

Fernando Ulloa Valenzuela
Licenciado en Historia y egresado de Magíster en Historia de la Universidad de Chile.

El artículo criticado, acá:

“Portada / Empresas
Lunes 9 de abril de 2012 | 05:00
proyecto de celulosa arauco está frenado hace tres años, línea submarina de hidroaysén correría la misma suerte
Ley que frena desarrollos en el borde costero complica inversión en nuevos proyectos
Normativa entrega en uso borde costero y hasta las 12 millas de mar territorial a comunidades originarias que lo pidan. Si existen solicitudes, las peticiones de otras concesiones se paralizan hasta que se resuelva el pedido indígena.

Por Miguel Bermeo T.


Mientras el sector eléctrico alza la voz por la excesiva judicialización de los proyectos que ha impedido el desarrollo de nuevas iniciativas –y el gobierno anuncia sin dar detalles ni medidas concretas que ayudará a resolver el tema-, otro problema se gesta al borde del mar.

En el año 2008 comenzó a regir la ley 20.249 que crea los Espacios Costeros Marinos de los Pueblos Originarios (ECMPO), que otorgan a una comunidad originaria el uso y concesión de una zona del borde costero y hasta 12 millas del mar territorial, si así lo solicitan. La comunidad puede pedirlo por varias razones, entre ellas alegando que siempre desarrolló su actividad religiosa, económica u otra.

El problema se presenta cuando una comunidad eleva una solicitud de ECMPO por un espacio determinado, pues de inmediato frena todas las solicitudes de concesiones de uso de borde o marinas en el espacio que haya solicitado.

Así, varios proyectos están entrampados producto de estas solicitudes. Uno de ellos es Celulosa Valdivia (de propiedad de Arauco), que debía construir un ducto para la descargas de riles al mar, pero que se ha enfrentado a dos solicitudes de ECMPO, sin poder avanzar hace tres años. La última de ellas de Asociación de Comunidades Indígenas Territorios Costeros Valdivia y Mariquina, según aparece en el sitio web de Subpesca que se encarga de recibir las solicitudes.

Otro que está en problemas, es el mismo Consejo de Monumentos que debía realizar obras de restauración en el Fuerte Ñuble (Región de Los Ríos), pero que tiene una ECMPO impidiéndoles hacer los trabajos.

Y los afectados suman. El último de ellos es HidroAysén, esto debido a una solicitud que hizo la Asociación de Comunidades de Hualaihué (X Región) precisamente en una zona donde la generadora tenía contemplado hacer parte de su línea de transmisión de manera submarina.

El bloqueo


Ignacio Urrutia, abogado de Urenda Rencoret Orrego y Dôrr, asegura que “teniendo presente que actualmente la tramitación de este tipo de concesiones es extensa, claramente se agrega un nuevo elemento a considerar para los desarrolladores de proyectos. Adicionalmente, las comunidades indígenas como beneficiarias de este tipo de espacios costeros amparadas en el reconocimiento del uso ancestral que han hecho de ellos, aparecen como un nuevo actor gravitante al momento que la autoridad deba resolver acerca del otorgamiento de concesiones marítimas”.

Otro abogado acusa que algunas comunidades han violado el espíritu de la ley. Una prueba de ello, es que toda la costa de la Región de Los Ríos está con solicitudes de ECMPO, lo que muestra un afán de bloquear los proyectos. Pero no sólo eso, dice una fuente, sino que impide que otros pescadores artesanales no indígenas puedan pedir uso económico de ciertas zonas.

En la industria el temor está instalado ante la posibilidad de que los proyectos vayan sufriendo retrasos y puedan verse envueltos en un espiral de nuevas solicitudes de ECMPO, como le pasa a Arauco con Valdivia.

El sector salmonero está en alerta, aunque lo ven como una amenaza lejana, considerando que las concesiones están congeladas hasta 2015. Un empresario de la industria salmonera señala que este es “un tema importante y delicado, ya que mientras algunas comunidades legítimamente deben/quieren resguardar sus derechos ancestrales sobre el borde costero, podrían haber otras que sin tener ningún contacto con el mar en su historia (y con el propósito de bloquear toda actividad económica o buscar un beneficio económico) usen esta ley de mala forma”.

También critican que muchas de las solicitudes sean por todo el espacio del mar territorial, cuando “en Chile nunca tuvimos pueblos indígenas navegantes. Los únicos eran los Ona, y ellos navegaban en canales”, dice un abogado.

En la industria ven con preocupación la poca claridad con la que se está aplicando la nueva normativa. Además, “considerando que en general las peticiones indígenas están siendo aceptadas últimamente”, dicen en referencia al fallo que frenó la construcción de un parque eólico en Chiloé, amparados en el convenio 160 de la OIT”.
http://www.df.cl/ley-que-frena-desarrollos-en-el-borde-costero-complica-inversion-en-nuevos-proyectos/prontus_df/2012-04-05/231249.html