viernes, agosto 28, 2015

Emprendedores y acoplados

Emprendedores y acoplados

28 de agosto de 2015

Después de leer buena parte del día las novedades relativas a la comitiva de 13 camiones que portaban maquinaria quemada rumbo a Santiago, desde La Araucanía. Son varias las cosas que un sureño puede decir.
Lo primero, es que los titubeos y negociaciones de Aleuy, Burgos y Orrego, van a tener consecuencias. La ausencia de Bachelet, que es parte del problema, también.
En agosto del año 2009, unos 100 lonkos llegaron a Santiago, buscando ser recibidos en La Moneda, como tantas veces lo fueron durante el período colonial y el republicano. ¿Respuesta de Bachelet en aquel entonces? Portazo, no fueron recibidos.
¿Y los camioneros recién agrupados?
Adelante, adelante, pase con camiones si quiere, 13 no, uno solo, bueno, ya, que sean 6.
Es cierto que no es un número menor que existan 132 camiones quemados desde el año 2006 -según cifras que ellos mismos proporcionaron- porque no todos son montajes, tampoco nos tapemos los ojos pensando eso y también es cierto que ha habido mucho más que 100 mapuches procesados en Araucanía y Biobío.
Pero importaron más 13 camiones o 132 camiones; que 100 lonkos, que un centenar de procesados que después terminaron libres y que un conflicto centenario. Importaron más que 1,5 millones de mapuches; importaron más que los mapuches asesinados por balas de policías que hoy están libres.
Los mapuches procesados y con cargos mañosamente presentados luego de largas detenciones sin mucha explicación, no serán recibidos en La Moneda.
¿La mamá de Matías? Menos.
¿La lonko Calfunao? Olvídalo.
Gente detenida largo tiempo, que luego sale libre porque siempre debió estar libre y sólo había sospechas infundadas, incomprobables. Con testigos sin rostro y hasta con un fiscal que después se pasó a trabajar para una forestal. Así de poco decoroso.
Son hartos los elementos que los espectadores del momento dejan fuera y qué se puede esperar, si nos estamos acostumbrando a pseudoargumentos y análisis sociológicos empapados de una especie de darwinismo social: están presos porque "algo habrán hecho", no son "blancas palomas".
Palabras calcadas del dictador, asesino y ladrón favorito de los amigos de las forestales.
No mencionan, los analistas del momento la "Operación Paciencia". No saben cuándo fue.
No recuerdan ya el juicio a Pascual Pichún y Aniceto Norín.
No dedican palabras a las críticas y recomendaciones que organismos internacionales como la ONU, OIT y CIDH han hecho a Chile por el mal modo en que ha conducido este conflicto, que tiene varias aristas: una estatal, una histórica, otra económica, una forestal, otra colonial, una indígena, otra racista, otra política, varias aristas que rayan en enemistades personales y muchas que escapan al análisis apurado de los artículos de prensa.
Y ahí teníamos a varios opinando, un 27 de agosto, sin siquiera haber revisado las 48 páginas de propuesta de Huenchumilla, que -con todas las críticas que se le puede hacer- era un intendente que había contenido la violencia en la zona y despertaba en varios, cierto halo de respeto, de al menos voluntad de diálogo.
Viajaron algunos dueños de camiones con sus carteles recién impresos, asesorados por publicistas malos, pero publicistas al fin. No son difíciles de convencer varios compatriotas.
Viajaron los camioneros.
Reclamaron porque no pudieron entrar a una bencinera, pero felices dejarían fuera de la región a los mapuches.
Viajaron respaldados por los mismos políticos que dijeron a los pacifistas de la boca pa' fuera -los pacifistas en público y racistas en la interna- que era buena idea ir en lancha hasta Caburgua a buscar a una presidenta que esquiva la región.
No sabemos si hubo dinero de PENTA, pero ahí estaban los RN, UDI y los Evópoli, sospechosos de siempre. Ahí estaban de nuevo René Manuel García García, pariente del intendente Molina que puso Piñera, cuando quemaron a los Luchsinger.
Ahí estaba el bombero Gustavo Hasbún, metido de lleno en la campaña con la que quiere instalarse como senador por la región, después de dejar botada a La Florida y la Metropolitana.
Y los bomberos son "chicos buenos"; pero en la región fueron bomberos los que quemaron un Fundo de René Urban, que no se complicó para cobrar bien caro e irse. Bueno, se tomó 20 años en la que nos hizo gastar en carabineros que lo resguardaban mientras subía de precio su predio.
Ahí estaba el eterno dirigente de camiones José Villagrán, derrotado en las últimas elecciones en Araucanía como "candidato independiente por la derecha".
Apareció de la nada así como Juan Pablo Swett, la figura de Sergio Pérez, entonces, un señor de Tinguiririca que tiene unos 70 camiones, estudió en la Universidad Técnica del Estado y cuenta con sucursales de su negocio en Curicó y en Lautaro. Alguien que se dedica a los camiones desde 1990. Él, aparece encabezando la CNTC que es una escisión de la Confederación usual de camioneros, una escisión 2012.
La prohibición de que los camiones ingresen pasado el anillo de Vespucio es 2001, por lo que llama la atención que el "emprendedor" Swett pregunte si es una medida particularmente destinada a perjudicar a los caravaneros. La regula el DS Nº 18/2001 y parecía olvidada por estos inventores de Multigremiales.
A mí no deja de sorprenderme que la Multigremial de La Araucanía, haya sido tantos años una agrupación "de hecho" y no de "derecho". A propósito de asociaciones.
A este paso, no quedará otra que ahorrar y comprar camiones para tener audiencias nocturnas con Burgos, de pronto el DL 701 forestal permite algún descuentito.
Nunca se sabe, con estos pacifistas, emprendedores y acoplados.
¿Cuándo apareció esta última agrupación? Es más nueva que el camión.
Si no es terrorismo, ¿qué es? Es un camión quemado.

F.U.




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