miércoles, marzo 21, 2012

¿Temuco o Miami? Puentes sobre el Cautín












¿Temuco o Miami? Puentes sobre el Cautín





21 de marzo de 2012





Leía ya no con sorpresa -en un Temuco que ha demolido sus edificios fundacionales- que a 4 mil de 350.000 personas que habitan la conurbación Padre Las Casas-Temuco, se les ocurrió renombrar un puente sobre el sempiterno río Cautín, solo juntando firmas.

Y se pregunta uno: ¿en qué lugar la decisión de 4 de 350 es acogida como si se tratase de una mayoría? ¿En qué ciudad las preferencias religiosas -opcionales- y en qué país laico, priman, solo por una simpatía los símbolos de un credo? “En una ciudad donde el alcalde cree una cosa”. Dirá alguno. Y es cierto, nos hemos acostumbrado a que unos pocos decidan por todos. ¡Mala costumbre!

Y no nos damos cuenta de lo carente de sentido que resulta cambiar el nombre de un puente, sobre un río del que tenemos noticias como “Cauten” o “Cagten”, ya desde los tiempos de Pedro de Valdivia (y desde 1552 que es cuando fundó La Imperial a 1881 que es cuando se fundó Temuco, ha pasado harto tiempo).

“El Vado de Maquehue”, era el nombre inicial del cruce original del río en la zona central del Valle. Konünwenü es el nombre del cerro protector más próximo y Ñilawe o Nilahue es la denominación dada a un vado en el Mundo Mapuche, habitantes originales del ¡Valle del Cautín!

Si ya existe en la ciudad una “Villa Juan Pablo II” en el sector poniente y una cruz en altura, como testimonio de la visita que hiciera un sumo pontífice en los 80. ¿Para qué renombrar un puente? Por último una capilla, pero... ¿un puente?

El que conocemos como “Puente Viejo” (en su versión para el Ferrocarril), fue proyectado en 1898 por Gustave Verniory, por lo que podría llamarse así o “Puente belga”. El “Puente Carretero” tomó forma tras temporales y corridas del río, ya en el siglo XX. Lo cierto es que todo el sector fue conocido desde tiempos coloniales como “Truf-Truf”, justamente aludiendo a las aguas arremolinadas de la zona a los pies del cerro. Así, que el puente que podría llamarse “Padre Las Casas” (primer misionero en defender que los indígenas americanos tenían alma y no debían ser tratados como animales, pero en Centroamérica) o también podría tomar la denominación Truf-Truf, por su ubicación. Poco tiene que ver con Karol Wojtyla, polaco, viviendo en el Vaticano, que quede claro.

Y el “Puente Nuevo”, que ahora con la construcción de un puente a la altura de Aldunate, ya no será tan nuevo. Podría llamarse perfectamente “Puente Las Quilas” o “Puente Maquehue”. Inclusive, podría llamarse “Puente Melivilu”, que es la familia que fue expropiada donde hoy se levanta el Aeropuerto. La familia del Primer Diputado Mapuche, que en Temuco por supuesto, muy pocos conocen.

¡Las ciudades tienen sentido, vida e identidad! Justo lo que los habitantes desinformados de Temuco se empeñan en desdibujar. Mejor sería que se pudiera caminar por la Costanera Pablo Neruda, que termina anegada siempre, porque se nos olvida que por allí estaba el Pichicautín, el “Cautín Chico” y la Isla Cautín. Supongo que tampoco le quieren poner “Isla Juan Pablo II” o “Isla Vaticana”.

Cautín por los patos y Temuco por los temus. De ambos, nunca hablan las autoridades regionales ni hemos visto mayor campaña de fomento y cuidado. Al punto que estaban más preocupados los “parientes de autoridades”, de sacar áridos ilegalmente del río, en vez de informarnos que todavía viven martines pescadores allí. Les interesaba más construir un “By-Pass” sobre cementerios mapuches, que ¾ de la ciudad no conoce.

Que Temuco deje de dar la espalda a su río y en lenguaje simple: “hacer tonteras”. Después hablemos del nombre de uno de sus puentes. Se nos olvidó que hasta hace poco, teníamos un botero un poco más arriba Por cierto, podríamos buscar primero algún vestigio de la fundación de la ciudad, de lo que no hay nada más que estimaciones y buena fe. Y eso fue justamente, junto al Vado de Maquehue, allí frente a la Plaza Recabarren que tiene un reciente busto de O'Higgins, que por cierto, nunca vino a Temuco cuando era ciudad. Porque no había sido fundada.

Temuco, tan acostumbrado a los caprichos personales, debe estar pensando en cambiarse de nombre a “Miami del Sur,” con tanta palmera de mall y tanta gente preocupada de estar bronceada en vez de aprender algo.





Fernando Ulloa Valenzuela




temuquense
Magíster © en Historia
Universidad de Chile

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