Nuestros campeones del Progreso (a la chilena)
Nuestros campeones del Progreso (a la chilena)
5 de marzo de 2012
"¿Qué es progreso?", es la frase que da comienzo a un buen documental que reune 4 conflictos socioambientales en la zona sur de Chile. "¿Quiénes deciden?", es otra de las preguntas que se hacen los autores.
Y perfectamente podría uno preguntarse lo mismo, en vista de los recientes anuncios de Mall en Castro.
"No podemos frenar el progreso" lanzaban al aire, los promotores del Mall Temuco 2000, una mole de cemento construida en los noventa, hoy vacía y medio podrida. ¡No sirvió ni de albergue tras el Terremoto! ¡Y eso que en Temuco no hubo Tsunami! No quedó ni el supermercado, ni el local de pizzas, ni las golosinas norteamericanas que vendían allí y menos los flippers. Después que quebró por falta de público. Hasta las micros que desviaban su recorrido, dejaron de entrar al encementado patio donde hoy crece maleza.
Pasó con el McDonalds de la cada vez menos germana, Avenida Alemania en Temuco: promocionado en su tiempo como sinónimo de "avance regional", hoy demolido y convertido en BancoEstado. Allí, muy cerca de donde la gente de Paulmann -como en su momento fue el polifuncional ministro Golborne- mandó a un guardia a demoler palo por palo una casa patrimonial para construir -era que no- otro mall que contribuye al atochamiento.
Ojalá no pase con Costanera Center en Santiago, que al igual que tantos proyectos en Chile, se construye sin los permisos y tuvo piedra inicial puesta por los peligrosos políticos con casco. Tal como hizo Frei al poner la primera piedra de la contaminante Planta Valdivia de Celulosa Arauco, la que terminó con los cisnes. ¡Partió sin permiso! ¡Tenía más ductos que los declarados!
Hoy la empresa cambió su nombre a "Arauco" a secas, quizás por sugerencia de Tironi, el asesor comunicacional estrella. En Cobquecura tenían la planta a orillas del mar, el mar olor tras el tsunami fue a raíz de los desechos que las aguas tiraron sobre la ciudad. Las piscinas estaban a centímetros de la costa.
Similar cosa ocurrió con el Cine Central, que de haber sido uno de los múltiples teatros temuquenses, terminó siendo un mustio local de automotora frente a la Plaza de Armas. No sé en cuáles ciudades primermunistas demuelen un coliseo para construir una choza (y frente a la plaza). En Temuco pasó con la Casa Zirotti, con la casa Schifferli, con la casa Sucesión Lienlaf (hoy instituto de cemento) y con la patrimonial casa de la Cruz Roja (¿Ernst) que un Director de Obras Municipales de apellido Besnier, demolió una madrugada cualquiera, a espaldas de la ciudad. ¿Y con la connivencia de sus jefes? Colonos todos.
"La gente está contenta con el mall", me dijeron algunos que están de paso en la Isla Grande. Sin reparar en consultas formales inexistentes, en los pisos de más (no declarados en papel alguno), en las modificaciones al Plan Regulador para hacerlo a la medida del mall.
"Santiaguinos free riders", leí también espetar a los que reclamamos por la flagrante mala fe de los constructores. Pero al menos yo soy temuquense y he visto lo que pasa en otros lados.
Castro al menos tiene un plan (o tenía). En Temuco, lo retrasaron por una década, a propósito, para construir cualquier cosa que oliera a Miami y después hacer como que todo estaba en regla con un par de palmeras.
Nuestros campeones del progreso a la chilena, siguieron trabajando por el sueldo mínimo, pero esta vez también sábados y domingos. Después se quejarán de los reponedores encerrados en la madrugada y de los alunizajes, en alguna de las que integran la tríada de farmacias coludidas.
¿Hay La Polar proyectada en Chiloé? ¿Sabrán sus ejecutivos?
Recuerdo que en Temuco hace unos años, alguien reclamó por los metros sobre la vereda que se proyectaba el Patio de Comidas de Almacenes París, ex CVM en Temuco. Quedó en nada el caso.
"La Justicia", se viste en los malls.
Las ciudades son algo vivo, el problema es que nos enteramos cuando ya las estaban matando.
Si eso es lo mejor, no hay perro que quiera el huesito.
El documental del que hablé al comienzo, se llama: "En el nombre del progreso". Muestran cementerios profanados, una escuela al lado de un vertedero, un aeropuerto inconsulto en tierra mapuche y las tentativas de Celulosa Arauco para contaminar directamente el mar de Los Ríos y Araucanía, tras matar a los cisnes. Por supuesto, con los votos de los seremis.
En Chile los proyectos no se rechazan. Salen un poco más caros los votos. ¿De quién es la ganancia?
Nuestros campeones del progreso, con suerte van de empleados por un tiempo. Cosa de ver Ralco.
El "detalle" es que Chiloé es Patrimonio de la Humanidad.
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